Matar sale gratis

Los pasados 7 y 8 de julio de 2018 ocurrieron unos hechos execrables contra los derechos de los animales, que además fueron patrocinados por el gobierno de este ayuntamiento. Se “celebraba”, si es que podemos calificarlo de este modo, una competición de cacería deportiva que consistía, según la concejala de juventud, deportes y derechos de los animales en “Tiro a la Guatla” (el día 7 de julio a las 16 horas) y “Tiro al palomo al brazo” (el día 8 de julio a las 10 horas), enmarcados dentro de la XL Semana Deportiva Ciutat de Torrent-2018.

Para que os hagais una idea de en que consiste todo esto, a las palomas y a los guatles se les arranca la cola para que no puedan maniobrar en el aire y así no poder escapar de los disparos de las escopetas. Una vez se quedan sin cola son lanzadas a gran velocidad por un brazo mecánico o mediante un tubo a presión. Cuando están al aire, el cazador puede disparar hasta dos cartuchos con su escopeta para intentar abatirlos.

Estos animales fueron disparados en el campo de tiro ”Penya Roja” de Torrent, un campo propiedad del Ayuntamiento que además incumple la normativa establecida para los campos de tiro, en concreto no guarda la distancia mínima de 200 metros, de tal manera que si esta se guardara el campo de tiro acabaría en medio de la canyada que rodea su perímetro, propiedad de la Confederación Hidrográfica del Júcar.

Además el Alcalde de Torrent Jesús Ros hizo acto de presencia en esta “competición” y como “valor añadido” prohibió grabar a los periodistas acreditados que fueron a cubrirlo, no fuera que esas imágenes pudieran trascender más allá del ámbito que Ros considera aceptable, como buen censor de la realidad.

Como colofón a tanto de despropósito, la concejala de Bienestar Animal y el propio Alcalde tuvieron un episodio de amnesia digno de una película de Berlanga al hacer caso omiso al Reglamento del Consejo de Protección de los Animales (artículo 3) y la Ordenanza Reguladora de Protección de los Animales, que en su artículo 6.2 prohíbe “Golpear, maltratar a los animales o cometer actos de crueldad contra los mismos”, más si cabe al tratarse de un recinto de propiedad pública municipal.