Pel seu interés, reproduïm un article de Roger Mira, cap de llista de Compromís per Castelló a les Eleccions Generals, publicat al diria El Mundo de Castellón

La educación pública no es la responsable de esta crisis

No nos engañemos. Si en los últimos años hemos vivido en un estado que podríamos considerar de bienestar ha sido gracias, en gran parte, a la existencia de una educación pública y universal. En la actualidad, Castellón y el País Valenciano cuentan con las generaciones más preparadas de toda su historia, y en esta cuestión el papel de la Universitat Jaume I ha sido esencial. Nuestros jóvenes, además, han tenido acceso a cuestiones tan propias de nuestro tiempo como el conocimiento de los idiomas o de las nuevas tecnologías, herramientas de primera calidad necesarias para conseguir un futuro en las circunstancias actuales.

No obstante, ahora mismo existen algunos miembros de la clase política que parecen no ver esta realidad con buenos ojos. Ante luz y taquígrafos, declaran defender supuestamente una educación pública pero han aprovechado esta crisis económica para poner en duda el actual modelo, ese que ha hecho posible la formación de tantos y tantos castellonenses. La intención del conseller de Educación, José Ciscar, de desarrollar un proyecto que construirá centros públicos que serán gestionados por empresas privadas es una muestra más de que hay políticos que han visto en estos tiempos difíciles una buena oportunidad para desarrollar planes que no se atrevían a hacer cuando las cosas iban bien.

Como hay crisis, hay que apretarse el cinturón. Ésa es la máxima que la Generalitat parece sostener ante esta tesitura. La educación pública, como de todos es sabido, no es responsable de la actual situación económica. Sin embargo, es lógico que en estos momentos todo gasto se racionalice, incluso aquél que es necesario. Es por eso que no se entiende por qué se destina más dinero a los centros concertados. De hecho, se ha sabido esta semana que la Conselleria subvencionará con dinero de los ciudadanos instalaciones que tendrán gestión privada y, sobre todo, con un matiz importante: serán de pago. Desde el departamento aseguran que lo hacen para garantizar la libertad de elección, como si se hubiera prohibido en alguna ocasión de la historia optar por los centros privados. Y, además, no se comprende cómo para hacer posible una libertad que nunca se ha puesto en duda, y es la de los colegios e institutos privados, se deba destinar dinero de todos.

Ante esta situación, centrémonos en la realidad que vive nuestra gente a día de hoy. El pasado viernes las ampas de Castellón protagonizaron una sonora cacerolada para reivindicar las becas completas del comedor. Además, hay un buen número de estudiantes a los que no se les ha concedido una beca para afrontar económicamente el curso. Cientos de docentes han terminado con sus huesos en la cola del paro a causa de una Conselleria que ha preferido no cubrir bajas temporales de maestros o profesores que ejercen en centros públicos.

Otros, después de meses y meses de duro estudio para poder educar a nuestros hijos en un futuro, han visto cómo la administración autonómica les ha dejado en la estacada al no convocar oposiciones. Mientras, todavía no hemos oído que el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, haya dejado la Fórmula 1 para una ocasión más propicia, cuando todas estas auténticas necesidades estén totalmente cubiertas.